Del 2023 al 2025 ya suman más de G. 7.700 millones adjudicados a empresas “de confianza” bajo el mismo esquema. Las obras cambian, pero los nombres no.
Ayer, en una sesión extraordinaria de la Junta Municipal de Presidente Franco, se aprobó una licitación por G. 3.730 millones para obras en instituciones educativas. El proyecto fue adjudicado bajo la figura “ad referéndum”, sin planificación pública previa, sin revisión técnica a fondo y beneficiando —una vez más— a las mismas empresas de siempre.
El único voto en contra fue del concejal Hugo Mendoza, quien no solo rechazó el procedimiento, sino que advirtió que este esquema se repite año tras año. En 2023 ya se había aprobado otra licitación por G. 4.000 millones, también bajo modalidad ad referéndum, beneficiando a un grupo selecto de firmas, entre ellas Pérez y Aguayo S.R.L., que nuevamente aparece adjudicada, pese a estar inhabilitada por el Banco Central del Paraguay.
“Yo no cuestiono que se hagan obras en las instituciones educativas. Lo que cuestiono es el modus operandi. Cada año la misma historia: empresas repetidas, falta de competencia real, ausencia total de planificación. Esto no es gestión, es reparto”, expresó Mendoza.
El hecho cobra aún más gravedad si se recuerda que el martes, en la sesión ordinaria, los concejales dejaron sin quórum justo cuando se iban a tratar dos minutas presentadas por Mendoza, relacionadas directamente a la falta de transparencia en este tipo de adjudicaciones. Al día siguiente, en sesión extraordinaria, el proyecto se aprobó en tiempo récord.
Mendoza ya había advertido en 2023 que el uso sistemático de la figura “ad referéndum” abría la puerta a manejos discrecionales y poco transparentes de los fondos públicos. Lo que antes fue una advertencia, hoy se confirma como patrón consolidado.
Además, remarcó que en 2024, la Municipalidad de Presidente Franco recibió más de G. 25.000 millones del gobierno central, y que para 2025 se espera una cifra similar. Sin embargo, no hay planificación participativa ni control institucional sobre cómo se utilizan esos recursos.
“Esto ya no es una coincidencia, es un modelo. Lo repiten porque funciona: no hay licitaciones reales, no hay competencia y nadie rinde cuentas. Pero mientras tenga voz, no voy a quedarme callado”, concluyó Mendoza.